SORTIREM – Capítol 2
‘Sortirem’ és un relat col·lectiu. Fet en temps de confinament per sis autors locals.
A continuació el segon capítol. Escrit per Benja Villegas, autor de ‘Huele como a espíritu postadolescente’ i ‘ELPASO. A punk story’.
SORTIREM – CAPÍTOL 2
¡¡¡Booom!!!
El portazo sonó como un estruendo y reverberó por todo el rellano. Las barandillas vibraron con la sutileza de antes. Del Antes con mayúscula. La época anterior a las semanas más jodidamente inquietantes que recuerdo.
Al principio celebré las medidas. Durante quince días no tendría que justificar mi agorafobia social. Mi comportamiento, por primera vez en años, no sería ni errático ni estrambótico. Pasar días enteros confinado o salir al balcón y aplaudir en plena noche, dejarían de ser motivo de chisme e insulto para convertirse en carne de “me gusta”, corazón, retuit y qué se yo.
El tipo de la puerta B recuperó su rutina sonora. Primero el portazo. Los llaveros tintineando a cada giro de llave. Sus pasos pesados y el silbido de sus suelas contra las baldosas. El rugido de las bisagras de la puerta del ascensor. Corrí al balcón pequeño para verlo salir. Su actitud era vitalista y radiante. Cruzó el paso de cebra con el semáforo de los peatones en rojo. Lo hizo con cuatro zancadas elegantes de ex-atleta y se plantó en la puerta de la cafetería. La calle entera desprendía la misma vitalidad y el esplendor que él. Los vecinos hacían broma y amagaban con chocar sus codos para acabar dándose un abrazo. Se daban besos y reían.
Yo agarré la libreta cuadriculada pequeña y abrí mi reloj de bolsillo. Las nueve y cuarto. Apunté el piso, la puerta y la hora de salida. Me recosté en la silla de metal y apoyé mis pies descalzos en la barandilla granate. Estaba fría. Cerré los ojos y escuché claramente como las persianas del tercero C se levantaban de un golpe, haciendo gala del garbo y la energía que recorrían el ambiente. Apunté el piso, la puerta y la hora de despertarse.
Después de muchos días sin programación, mi vida volvía a tener sentido. Mis personajes recuperaban sus identidades y las tramas se reanudaron donde se habían quedado colgadas. Un enorme sentimiento de euforia me recorrió el cuerpo cuando el tipo de la puerta B salió de la cafetería. Las nueve y veinticinco. Apunté el piso, la puerta y la hora del café. La mano me tembló fruto de la excitación y en ese instante sentí que el fin de la cuarentena me había hecho recuperar todo lo que me hace único.
Següent capítol, obra de Tamara Marín
Fotografia: @2020 Google