Bústia: La fiesta no cesa
Me llamo Teresa y soy vecina del barrio de San Andrés del mismo modo que soy vecina del barrio Ca Mas. Mis hijos van al colegio Enric Tatché, colegio que se ha convertido en sede de todas las fiestas ideadas pero este y por el anterior consistorio.
Llevamos desde 2021 sin poder descansar un mísero fin de semana porque la música dura hasta las 4 de la madrugada , o más, a toda pastilla haciendo que el suelo vibre.
Si yo viviendo en el carrer Josep de Viure lo noto, imagínense las casitas que están al lado del colegio.
Me río yo de los que se quejan de la fiesta mayor, esta son sólo cuatro noches… Las fiestas en el Tatché son un ‘after’ continuo, una rave diseñada para los de siempre.
A ello además hemos de añadir el olor a “pipí” como dicen mis hijos que hay los lunes por algunas zonas del colegio (a donde se supone que esta gente no se puede adentrar) y las colillas que no se limpian y atascan alcantarillas.
Yo no digo que dejen de hacer estas fiestas, pero no sería más lógico repartirlas por todo el pueblo? Hay muchos colegios, muchos espacios en Ripollet ¿De verdad no se pueden ir rotando este tipo de eventos? ¿No sería más equitativo que todos los vecinos pudieran descansar del mismo modo?
O es que definitivamente los vecinos de Sant Andreu y Can Mas somos vecinos de segunda.
Teresa
Article d’opinió. La REVISTA DE RIPOLLET no es solidaritza necessàriament ni es fa responsable de l’opinió dels col·laboradors