Bústia: Siempre pagan los mismos

Lo que diferencia a nuestra sociedad de otras civilizaciones es la preferencia del castigo por delante del premio. La pérdida de confianza en el colectivo por el interés personal.
Se da el absurdo que los vecinos que llevan años separando sus basuras ahora verán coartada su libertad horaria con un nuevo sistema que busca poder identificar a quienes no lo hacen. Imponer en vez de convencer y todos sufriremos las molestias de tener bolsas en la calle.
Lo mismo sucedió el día que aceptamos que para que unos cuantos no pudieran ir más rápido de la cuenta había que poner obstáculos físicos al paso de todos. Y proliferaron bandas reductoras y saltos que solo hacen más peligrosa la conducción. Así vamos y así nos va. Disfruten lo votado y en lo que nos hemos convertido.
Javier V. P.
Article d’opinió. La REVISTA DE RIPOLLET no es solidaritza necessàriament ni es fa responsable de l’opinió dels col·laboradors