Bústia: Tras toda una vida luchando… Merecemos mucho más

Ni en mis peores pesadillas, pude jamás imaginar, que a mis setenta y tantos, me vería en la necesidad de escribir estas letras para expresar la inmensa tristeza que me invade.
Después de toda una vida de luchas y habiendo superado los peores momentos de la historia de este país, con una guerra civil a las espaldas, de haber sufrido la represión de una dictadura, de haber arrimado el hombro para consolidar un estado democrático, trabajando noche y día para mantener una familia y aportando al Estado con el pago religioso de nuestros impuestos, nos tocó amortiguar los estragos producidos por la crisis económica con nuestra pensión, para poder dar cobertura a hijos y nietos.
Hoy decenas de miles de personas mayores como yo, nos vemos abandonados por las administraciones. Ha bastado un maldito virus, que nos ha convertido en colectivo de máximo riesgo, para que todo aquello que hicimos por nuestro país, haya quedado en el olvido y ahora ya nadie nos considere esenciales. Y no siendo ese nuestro propósito, sí nos creemos legitimados para exigir un trato digno, a exigir unos cuidados dignos, a una última fase de nuestras vidas digna, en definitiva, a exigir dignidad y respeto, una dignidad y un respeto que nos hemos ganado a pulso.
Exigimos dignidad y respeto por parte de un estado democrático por el que tanto luchamos, por una constitución que construimos como aval de los derechos y libertades de un pueblo que hoy observa, con cierta indiferencia, como toda una generación de mujeres y hombres mueren en silencio en residencias convertidas en centros de negocio y otros que lo hacen en la soledad de sus hogares, ya que en muchos municipios no existe ni un triste centro sociosanitario en el que poder ser atendido, como como ocurre en mi ciudad, RIPOLLET.
Y todo ello con la connivencia de unos responsables políticos, que ejercen de malos políticos y que eluden asumir si son o no responsables. Eso sí, cuando precisan nuestro voto nos convierten en objetivo prioritario y nos prometen lo que saben que no van a cumplir, porque piensan que mentir a sus mayores no les pasará factura políticamente.
Hagan ustedes una profunda reflexión y corrijan sus errores, bajen de su estúpida indolencia y atiendan al respeto y la dignidad que les exigen sus mayores. Aquellos que dieron una vida para construir el mundo que hoy ustedes dirigen, y que jamás pensaron que serían pagados con tanta ingratitud y cruel indiferencia.
Después de toda una vida de luchas… merecemos mucho más.
Un humilde abuelo
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