Bústia: Y la librería se cerró, otra librería cerrada
No hace muchos días que fui consciente que la librería especializada en cómics que se había abierto cerca del pabellón estaba cerrada. Creo que no ha aguantado ni un año entero. Lo siento mucho por Núria, por los aficionados al género, sobre todo jóvenes, pero también por mi y el resto de vecinos de Ripollet.
Da igual si nunca has leído un cómic, si nunca te atreviste a abrir un álbum ilustrado, ni si nunca vestiste una camiseta de tu superhéroe favorito. Quizá nunca tuviste superhéroe favorito pero eso no debería evitar la pena por la pérdida de un negocio cultural como esa librería. Y que un pueblo con tanta gente viviendo como el nuestro no de negocio suficiente para varias librerías, especializadas o no, es una lástima y algo que debería preocuparnos a todos y a nuestros políticos también.
Sirvan estas líneas de agradecimiento a Núria, de grito contra la ciudad dormitorio y de ánimos a La Petite Librairie y las otras papelerías del pueblo que venden libros como la Quatre o la Sol. Larga vida al libro.
Miguel Ángel Cruel
Article d’opinió. La REVISTA DE RIPOLLET no es solidaritza necessàriament ni es fa responsable de l’opinió dels col·laboradors.