Microscopi: Ser joven en el S. XXI
Nos vendieron la idea, desde siempre, que el nuevo milenio traería consigo un avance tanto tecnológico como mundial increíble. Pero nada más lejos de la realidad: los coches no vuelan y lo más parecido a un robot que tenemos en casa es Alexa.
Con apenas veinte años, nuestros familiares adultos ya tenían trabajo, hijos/as, casa propia y un sinfín de “cosas que la sociedad ha impuesto que hay que conseguir antes de una edad determinada”. Y quizás ese es el problema, que hacemos demasiado caso a las imposiciones de la sociedad y, al final, normalizamos unos cánones u objetivos que no todo el mundo tiene por qué conseguir si no quiere.
Aún así, y sin entrar a debatir esto, en caso de querer conseguirlos, es casi imposible hacerlo para la juventud de hoy en día. Tenemos una juventud muy preparada académicamente hablando, pero con pocas opciones laborales. La mayoría de las empresas piden experiencia, pero muy pocas dan la oportunidad de adquirirla. Por lo tanto, es la pescadilla que se muerde la cola: sin experiencia no hay trabajo, pero sin trabajo no se gana experiencia. Así que, una gran parte de la juventud, concretamente el 37,7% de los menores de 25 años, se encuentran en situación de desempleo, encabezando nuestro país en la lista de paro juvenil.
El acceso a la vivienda es prácticamente inexistente pues apenas hay pisos de protección oficial y es muy difícil conseguir una hipoteca o un alquiler, ya que para la primera hay que pagar una entrada y una barbaridad de impuestos y, para la segunda, en breve habrá que pasar hasta una prueba psicotécnica y encontrar huevos de dragón, aparte de pagar dos meses de fianza, un mes por adelantado y los honorarios de la agencia de antemano. Además, los precios son tan desorbitados que, si no se vive en pareja y ambos tienen una buena nómina, es imposible emanciparse. Pero ¿y quién no quiera tener pareja, se queda en casa de sus progenitores toda la vida? De lo de tener hijos/as y repoblar el planeta ya ni hablamos…
Ser joven no es solo estar de fiesta, salir con amigos/as, divertirse… ser jóvenes en esta época es una auténtica frustración constante, ya que se espera tanto de nosotros, pero a la vez estamos tan limitados, que acabamos decepcionando y decepcionados sin sentido ni necesidad alguna.
Kevin Muñoz – SOM Ripollet
Article d’opinió. La REVISTA DE RIPOLLET no es solidaritza necessàriament ni es fa responsable de l’opinió dels col·laboradors