Bústia: Contra esta guerra, contra todas las guerras

Decía Miguel Hernández “alarga la llama el odio y el amor cierra las puertas”. Tan acertado, tan triste. Unos contra otros que son como los unos aunque no lo quieran ver. Vecinos enfrentados, arma en mano, para el enriquecimiento de otros. Los que mandan, los que siempre ganan, los que no sufren. O en palabras de Paul Valéry: “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran”.
Y da igual si todo es culpa de un líder enloquecido, borracho de poder, ansioso de pasar a la historia o si los motivos son muchos más, más complejos, más responsabilidad de todos, desde hace más tiempo. Da igual porque sea de una manera u otra, las vidas perdidas de inocentes no volverán. El drama de niños escapando de sus ciudades no tiene remedio y las penurias de las mujeres que huyen dejando a sus maridos y sus casas con la incertidumbre en el horizonte no tienen vuelta atrás.
Y, claro, no es la primera vez. Y ahora no es la única guerra. Y no duelen más que los conflictos en zonas más alejadas del mundo. Pero duele. Y preocupa por la amenaza nuclear y por la sensación que nadie sabe como seguirá. Estaría bien recordar las palabras de Montaigne, “si no acaba con la guerra, no es una victoria”.
Digamos no a la guerra una vez más.
Sergio Ponce
Article d’opinió. La REVISTA DE RIPOLLET no es solidaritza necessàriament ni es fa responsable de l’opinió dels col·laboradors.