Microscopi: Puro teatro
Después de dos debates de investidura seguimos sin gobierno. Este hecho tan inédito en nuestro país, no lo es tanto en otros países de nuestro alrededor. Por ese motivo no es difícil hacerse una idea de hacia dónde nos dirigimos. Todo apunta a lo que llaman la Gran Coalición. No sólo porque grandes países europeos, aliados nuestros nos indiquen el camino como en tantas otras ocasiones, ni porque los grandes poderes económicos así lo desean, sino porque esa Gran Coalición ya se forjó antes de que comenzara este periodo de democracia y lleva gobernando desde entonces. La Gran Coalición de la OTAN, de Maastricht, de la Troika, de la reforma del artículo 135, del TTIP… en definitiva de todo lo que a la economía y la estrategia nacional se refiere. Si no como explicamos este baile que está llevando a cabo el Partido Socialista (recordamos la definición de socialismo: Sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes) coreado por la vieja guardia con Ciudadanos. Que no deja de ser un instrumento más del sistema capitalista (recordamos la definición de capitalismo: Sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado) para que nada cambie, usando la máxima de “divide y vencerás”. Por eso la máscara de la burguesía socialista se desvanece en cada declaración de Felipe González, en cada excusa para no formar un gobierno de izquierdas, en cada debilidad interna de Pedro Sánchez, en cada pacto con Ciudadanos, en cada obstáculo a la soberanía de los pueblos y en fingir ser oposición cuando sea necesario.
Tenemos los debates fútbol, del mundo del corazón y demás cotilleos y ahora el espectáculo de la política, todo un mundo de grandes actores y actrices. El circo romano para todos los gustos, para tenernos paralizados mientras nuestras vidas se encuentran en una situación más precaria cada día.
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Nicolás Romero – EUiA Ripollet
Article d’opinió. La REVISTA DE RIPOLLET no es solidaritza necessàriament ni es fa responsable de l’opinió dels col·laboradors
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